Ya en la Edad Media, atrajo a muchos ermitaños que encontraron en ella el lugar ideal para practicar la meditación y generar devoción hacia Dios.
A mediados del siglo XIV, la figura de San Jerónimo se hizo muy popular. Este santo (nacido alrededor del año 347 en Dalmacia y fallecido hacia el 419 en Belén), fue un gran erudito que tradujo la Biblia del griego y el hebreo al latín. Vivió durante varios años como ermitaño y fue fundador de un monasterio y convento en Belén. Inspirados por este Doctor de la Iglesia, muchos monjes jerónimos acudieron a la Plana para vivir como ermitaño habitando las numerosas cuevas de la parte baja del cabo de San Antonio. Fueron conocidos por su piedad y abnegación, y gentes de muy lejos venían para rendirles homenaje. Por ello, estas cuevas todavía, (desde hace siglos) se conocen como Coves Santes (cuevas santas). Los ermitaños se reunían de vez en cuando para discutir los fundamentos de su fe y en 1374 decidieron pedir al Papa permiso para fundar un monasterio en la Plana. Tres de los ermitaños viajaron a Aviñón, sede del Papa Gregorio XI, y regresaron con una bula papal que les concedía su deseo. Ese mismo año, comenzó la construcción de un monasterio pequeño y muy básico. Fue financiado principalmente por su benefactor, el duque real Alfonso de Aragón, Alfons el Vell, duque de Gandia, marqués de Dénia y nieto del rey Jaume II. En 1375, los doce ermitaños que ocupaban las cuevas se mudaron al monasterio, con su prior, el fraile Jaume Ibáñez. Aquí vivían en la más absoluta pobreza, guardando silencio, orando y meditando. Para subsistir, a veces trabajaban en los campos y en otras ocasiones mendigaban, ya que el Papa les había concedido permiso para realizar dicha actividad. En aquellos días, Xabea (que según las fuentes escritas de la época es como se la denominaba entonces) a menudo era asediada por ataques de piratas berberiscos. En 1386, incluso este monasterio empobrecido fue asaltado: un grupo de piratas penetró en él y acosó brutalmente a los monjes, capturando a nueve de ellos como rehenes, uno de los cuales murió en el camino que descendía al puerto. Los llevaron a Argel y Bugía, hoy en Argelia. El duque pagó un gran rescate para liberarlos y fueron devueltos a Xabea el año 1392. Pero nunca se sintieron seguros aquí. El duque Alfonso también temía por la seguridad de los monjes, así que en 1388 compró unos terrenos en Cotalba a su propietario, de origen musulmán, situado a 8 km tierra adentro de Gandia, y los donó para la construcción de un nuevo y más grande monasterio. Ese mismo año, comenzaron las obras de construcción, planificadas y supervisadas por el mayordomo del duque, Pere March, padre del famoso poeta Ausiàs March (más tarde, varios miembros de la familia March serían enterrados en una capilla de la iglesia). Al año siguiente, los monjes se mudaron al monasterio de san Jerónimo de Cotalba. Este hermoso, aunque sencillo edificio, es hoy una de las construcciones monásticas más históricas de la Comunidad Valenciana. En 1835 fue desamortizado como monasterio, pero actualmente está restaurado y conservado en su estado original para las visitas turísticas. El monasterio de San Jerónimo de la Plana quedó abandonado durante varios siglos hasta que, a finales del siglo XVII unos cazadores encontraron, entra las ruinas del monasterior, un lienzo que representaba a la Virgen María rodeada de ángeles, con Jesús en su regazo y San Jerónimo al lado. Este hallazgo "milagroso" provocó la reapertura de la iglesia del monasterio y la veneración a la Virgen de los Ángeles. El edificio mantuvo sus características originales hasta 1962, a pesar de las obras de remodelación efectuadas después de saqueos y guerras. Desafortunadamente, en ese año se realizó una importante transformación que destruyó la gran mayoría de los elementos originales, instalandosé una nueva comunidad de religiosos. Actualmente se denomina santuario de la Mare de Déu dels Àngels (de Nuestra Señora de los Ángeles) y está dirigido por monjas, Hijas de Santa María del Corazón de Jesús. Cada año, la fiesta de la Plana (generalmente celebrada entre el 1 el 3 de agosto) conmemora la refundación de la ermita en una procesión en la que el lienzo original del siglo XVII recorre los terrenos del santuario y tras la cual, el lienzo vuelve a la iglesia como pieza central del altar. También se puede observar en una de las salas del edificio, una serie de azulejos que representan episodios históricos del monasterio original. El santuario no permite visitas turísticas, pero los interesados pueden asistir a la misa diaria que se celebra a las 09.00 en la iglesia, mientras que domingos y festivos el horario es a las 10.00 y a las 19.00.
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