Su historia y desarrollo en la región mediterránea es tan interesante que he decidido dedicarles el artículo de este mes. El mes que viene, en la Parte II, hablaremos de Xàbia y sus plantaciones de cítricos, en el pasado y en el presente.
Los cítricos, originarios del sudeste asiático, fueron introducidos en la región mediterránea en diferentes momentos de la historia. El primero en llegar fue el "poncil" (Citrus medica en latín, y conocido en otras partes de España como aramborero, cidro y cidra limón) que se dice que fue traído por Alejandro Magno de sus conquistas en las orillas del río Indo en 325 aC. Las semillas se dispersaron con gran éxito en algunas partes el Mediterráneo. Más tarde, los romanos, que apreciaron sus cualidades medicinales, lo extendieron por la región hasta llegar a las Islas Baleares, donde se encuentra desde el siglo V. En una etapa posterior, los comerciantes árabes descubrieron la lima y la naranja amarga, también de la India, y las llevaron por todo su imperio, incluso a Al-Andalus, en el siglo X. Por sus mejores características pronto sustituyó al “poncil” (cidro), del cual solo quedan pequeños cultivos en Córcega hoy en día. No fue hasta el siglo XVI cuando los marineros portugueses trajeron de sus viajes a China la naranja dulce, por lo que se las llamó naranjas de China o de Lisboa, para distinguirlas del tipo amargo conocido hasta entonces en Europa. La mandarina dulce llegó incluso más tarde, en el siglo XIX, traída también desde China por los británicos, como su nombre indica, quienes la introdujeron en todas sus colonias. Desde el principio hubo una hibridación espontánea y natural entre los diferentes cítricos. Un buen ejemplo es la clementina, un cruce entre la mandarina común y la naranja dulce. Fue descubierta en un orfanato religioso dirigido por el Padre Clement, en un pueblo cerca de Orán, Argelia y bautizada en su honor. La clementina llegó a Valencia a principios del siglo XX y hoy está presente, con sus híbridos, en todas las zonas de plantación de la Comunidad Valenciana, incluida Xàbia. También se encontró una mutación espontánea en Brasil en el siglo XVIII. Se trataba de la naranja Navel (Navelina), que llegaría a España ya en el siglo XX. Con el tiempo ha habido también mutaciones de ésta, como la Washington Navel y sus variedades tempranas y tardías, que forman gran parte de las plantaciones de cítricos de Xàbia. La mandarina satsuma es una mutación natural que se dio en Japón, procedente de una mandarina ancestral de China. En el siglo XIX se llevó a California, desde donde se trajo a la Comunidad Valenciana ya en el siglo XX. El único cítrico que no es originario del extremo Oriente es el pomelo, que fue descubierto en Barbados y es un híbrido natural del “pummelo” y la naranja dulce, ambos traídos desde Asia en el siglo XVII. También fue introducido en la península Ibérica en el siglo XX. El pomelo, el poncil, la mandarina y la papeda son las únicas cuatro frutas puras y auténticas de la familia de los cítricos. Se originan a partir de un ancestro común. Todos los demás son híbridos de estas cuatro especies. El mes que viene vamos a echar un vistazo a cómo le fue a los cítricos en nuestro pueblo de Xàbia, en el pasado y en el presente, y si hay futuro para esta popular familia de frutas, símbolo de nuestra soleada provincia. Font : "De Fruits i Fruiters“ de A.Lopez-Garcia, Consellería d´Agricultura, Generalitat Valenciana (Anita Pichler - AMUX)
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