Había miles de medidas diferentes y, a menudo, el valor de una medida dependía del producto que se estaba midiendo. Para contrarrestar el fraude y la excesiva diversidad de medidas los reyes y señores de Valencia intentaron imponer unas guías objetivas para unificar el sistema. La “alna” era para los tamaños, la “lliura” para los pesos, la “barcella” para las capacidades (como en el caso de los cereales) y el “cànter” y la “arrova” para el vino. Estas fueron las principales guías de medidas de las que se derivaron las medidas para otros productos.
Para medir longitudes y superficies, el hombre era la medida de todas las cosas. Así que todo fue comparado con el cuerpo humano. Algunos ejemplos son: el dit (dedo), el pam (palmo), el colze (desde el codo hasta la punta de los dedos), la braça (desde un brazo extendido cruzando el cuerpo hasta el otro), el peu (pie). Y el alna, también llamado vara en otros reinos, (ver foto) como la medida-guía. 1 alna = 2 colzes = 3 peus = 4 pams = 36 polzades = 48 dits. La medida-guía de los pesos era la lliura (libra). En Valencia esto correspondía a los 355 gramos de hoy, aunque en Castellón eran 358 gramos y en Alicante incluso 474 gramos. 30 lliures eran 1 arrova; y 4 arroves eran 1 quintal Sin embargo, todo dependía de lo que se estuviera pesando. Una lliura de carne equivalía a 36 onces (onzas), mientras que la „lliura del peix“ (pescado) eran 18 onces y la de las frutas y verduras eran 16 onces. Así que una lliura no era solo una lliura! Y ademàs la harina se medía por quintales y arroves. Los cereales y granos no se medían por su peso, sino por la capacidad de un recipiente, principalmente la barcella o almud, con sus múltiples submedidas. Los líquidos también se medía según el volumen de un recipiente. La càrrega (jarro) de vino o vinagre era de 15 canters (jarras) o arroves y el cànter de 4 quartes. Pero en el caso del aceite, ¡la càrrega equivalía a 12 cànters! Y había muchos más términos de medición……….. Como podéis ver, el sistema carecía de unidad y las dificultades aumentaron cuando llegó la hora de comerciar con otros reinos, pues aunque se utilizasen los mismos términos, solían existir diferencias en lo que representaban. Existe un documento histórico de 1671 en el que se determinan oficialmente los pesos y medidas equivalentes de otras tierras por su valor en medidas valencianas. (Ver foto). Por ejemplo : 1 arroba de Cataluña (que eran 26 lliures catalanes) eran 34 lliures valencianes y 3 onces. O : 100 braces (de seda) de Génova eran 56 alnes valencianas. En 1849 la Reina Isabel II sancionó la Ley de Pesos y Medidas en la que se introdujo en España el sistema métrico decimal. Hasta entonces, cada provincia tenía sus propios pesos y medidas tradicionales. A pesar de esta ley, los antiguos sistemas de medida continuaron utilizándose hasta 1880, cuando un decreto nacional obligó a las provincias a utilizar únicamente el sistema métrico para todos los efectos administrativos y sociales. Hoy en día, aunque a veces todavía escuchamos a las generaciones mayores hablar en términos de “lliura”, “pam” o “fanecada” (hanegada, medida de la extensión de un terreno), solo podemos admitir que la introducción del sistema métrico, con su simplificación y universalidad fue un gran éxito y significó un enorme paso en la dirección del „progreso moderno“ o de la centralización, depende del perspectivo del lector ! Font principal : „ Al Metre : de les Mesures Antiques“ de Antoni Espinos, CIRNE
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