
El castillo de Alcalá, que en árabe significa la 'fortaleza', también es conocido como de Benissili, por encontrarse en la parte superior de este pueblo. Se localiza en la vertiente sur de la serra de la Foradada, en la entrada superior de la Vall de Gallinera, en un amplio promontorio rocoso rodeado por acantilados. La ubicación ofrece una buena vista de todo el valle e incluso del mar en la lejanía, controlando la antigua ruta de Dénia - Pego hacia Cocentaina.
Un estudio arqueológico realizado en 1983, recuperó abundantes fragmentos de cerámica que abarcaban un periodo de casi 500 años, desde los siglos XI y XII hasta el XVI, cuando se abandona el castillo.
Los diferentes módulos utilizados en los muros de tapia por los constructores andalusíes pueden aportar más pruebas para su cronología. La mayoría se datan de mediados del siglo XII a principios del XIII, cuando los gobernantes almohades estaban llevando a cabo una intensa construcción de fortificaciones. Otros muros de tapia más largos se construyeron más tarde, durante la época de la conquista cristiana.
El registro escrito más antiguo de este castillo se encuentra en el "Pacte del Pouet" de 1245, cuando el castillo se cedió a Al-Azraq y sus descendientes, junto con el castillo de Perputxent (Lorxa). A diferencia del castillo de Benirrama, el de Alcalá no parece que fuera afectado por el terremoto de 1396. Por el contrario, se modificó, adaptó y reconstruyó a lo largo del tiempo, siendo documentados muchos de los cambios.
Un estudio arqueológico realizado en 1983, recuperó abundantes fragmentos de cerámica que abarcaban un periodo de casi 500 años, desde los siglos XI y XII hasta el XVI, cuando se abandona el castillo.
Los diferentes módulos utilizados en los muros de tapia por los constructores andalusíes pueden aportar más pruebas para su cronología. La mayoría se datan de mediados del siglo XII a principios del XIII, cuando los gobernantes almohades estaban llevando a cabo una intensa construcción de fortificaciones. Otros muros de tapia más largos se construyeron más tarde, durante la época de la conquista cristiana.
El registro escrito más antiguo de este castillo se encuentra en el "Pacte del Pouet" de 1245, cuando el castillo se cedió a Al-Azraq y sus descendientes, junto con el castillo de Perputxent (Lorxa). A diferencia del castillo de Benirrama, el de Alcalá no parece que fuera afectado por el terremoto de 1396. Por el contrario, se modificó, adaptó y reconstruyó a lo largo del tiempo, siendo documentados muchos de los cambios.

La construcción se encuentra en un avanzado estado de ruina, pero la planta se puede ver como la típica de una fortificación o hisn, con las alquerías asociadas de la Vall de Gallinera.
En las cumbres más altas hay un reducto complejo (celoquia) con una torre semicircular en un extremo (I), y lo que podrían ser los restos de una torre a la otra (O). El acceso a esta zona es a través de una entrada en codo en el flanco oeste, protegida por una torre rectangular (K). Las paredes y las torres son de varios tamaños de tapia, alternando con mampostería de opus incertum y de opus espicatum.
Un extenso recinto amurallado, el albacar de abajo, se extiende hacia el este sobre una plataforma. Sus límites están definidos por paredes de tapia con una inclinada entrada en codo (X). Esta zona parece albergar restos de edificios, posiblemente viviendas. La tercera área, el albacar superior, acoge una cisterna (B) y tiene las mismas características que el anterior.
En las cumbres más altas hay un reducto complejo (celoquia) con una torre semicircular en un extremo (I), y lo que podrían ser los restos de una torre a la otra (O). El acceso a esta zona es a través de una entrada en codo en el flanco oeste, protegida por una torre rectangular (K). Las paredes y las torres son de varios tamaños de tapia, alternando con mampostería de opus incertum y de opus espicatum.
Un extenso recinto amurallado, el albacar de abajo, se extiende hacia el este sobre una plataforma. Sus límites están definidos por paredes de tapia con una inclinada entrada en codo (X). Esta zona parece albergar restos de edificios, posiblemente viviendas. La tercera área, el albacar superior, acoge una cisterna (B) y tiene las mismas características que el anterior.

Recientemente, algunas de las paredes de tapia se han restaurado utilizando las técnicas tradicionales, y una mezcla similar de tierra, gravas y cal.
El proyecto pretende también consolidar y limpiar los muros derruidos, y en algunos lugares, preservar o recrear la silueta de las almenas para transmitir el carácter defensivo de la arquitectura. Un ejemplo de los tablones y viguetas utilizadas para hacer la tapia se ha dejado en su lugar, para que los visitantes puedan apreciar esta antigua técnica de construcción.