El Castillo de Ambra asienta sobre una montaña con la vertiente norte formada por acantilados abruptos que controlan el valle de Pego.
La historia de esta fortificación ha sido revisada recientemente como resultado de la arqueología. Durante los años 80 del siglo pasado era considerada una construcción almohade de medios siglos XII o principios del XIII. Pero las excavaciones arqueológicas realizadas entre 1992-97 han descubierto que su construcción comenzó un siglo más tarde, en el momento de la conquista cristiana. En los niveles más antiguos de la excavación aparecieron unas monedas islámicas acuñadas en Murcia entre 1228-1238, demostrando que el castillo había sido iniciado durante o después de este periodo. Otros materiales recuperados fueron cerámicas comunes andalusíes muy fragmentadas, hechas a los alfares de Denia, pero no aparecieron vajillas barnizadas ni herramientas agrícolas. En los niveles superiores se encontró cerámica cristiana de la época de la conquista y hecha en Valencia, además de otras monedas que databan de 1262 a 1266. La estructura del castillo aporta más pruebas sobre su uso. Por la parte noreste es prácticamente inaccesible y sólo se fortificó la banda meridional. Ante la muralla hay otra construcción que la defiende, un ante-mural, estructura que no se encuentra en las otras fortificaciones de esta área (K, H, B). Este muro obligaba a entrar en el castillo mediante el pasillo que generaba (B) hasta la entrada en codo (C, E), donde tenían que pasar por tres puertas. El muro exterior, realizado con tapia sobre unos cimientos de mampostería, corría paralelo a la muralla. El recinto principal sigue los contornos del terreno y está protegido por una muralla y pequeñas torres que se le apoyan a intervalos. Este estaba construido también con tapia sobre un zócalo de mampostería con algunos agujeros para saeteras o lanceras. |
En el interior del castillo hay viviendas muy simples (O), con una o dos estancias de función desconocida, aunque algunas de ellas tenían un hogar circular en el suelo.
Hay también un grupo de habitaciones (F) apoyadas en la muralla, justo al oeste de la entrada. La primera de ellas se interpreta como una ermita de construcción cristiana, ya continuación se encontró un gran horno de cocer pan. Un poco más alejado hay un aljibe rectangular también adosado a la muralla (I). |
Todo el recinto parece un complejo de viviendas colectivas para uso de la comunidad. La simplicidad y escasez de la cerámica andalusí hallada en el castillo contrasta con una fortificación tan elaborada; esa cuestión, hace plantear dudas a los investigadores respecto a su uso como refugio de la comunidad agrícola de las casi veinte alquerías del castillo, que dispondrían de unos recursos muy limitados. Es por eso que no se sabe si el castillo fue construido por los propios habitantes o con la ayuda de las autoridades.
El registro arqueológico indica que el castillo fue ocupado durante un periodo de tiempo muy corto, entre 1230 hasta 1290. La ocupación cristiana tuvo lugar en 1245 tras la caída de Denia, pero el sitio volvió a manos andalusíes dos años después hasta 1.258 , cuando una pequeña guarnición cristiana se estableció. En 1270 volvió a manos musulmanas hasta después de la última rebelión de 1276. En 1279 el rey Pedro III, dio la orden de construir la villa de Pego en el mismo valle, lo que producirá el abandono del castillo.
El registro arqueológico indica que el castillo fue ocupado durante un periodo de tiempo muy corto, entre 1230 hasta 1290. La ocupación cristiana tuvo lugar en 1245 tras la caída de Denia, pero el sitio volvió a manos andalusíes dos años después hasta 1.258 , cuando una pequeña guarnición cristiana se estableció. En 1270 volvió a manos musulmanas hasta después de la última rebelión de 1276. En 1279 el rey Pedro III, dio la orden de construir la villa de Pego en el mismo valle, lo que producirá el abandono del castillo.