La única estructura defensiva constatada arqueológicamente es la torre de las Capçades, ubicada en la ladera de uno de los cerros que delimitan la zona meridional del Pla, a cierta distancia de las tierras más fértiles. La torre está formada por un sólido basamento de planta rectangular de 5'60 x 3,85 metros y una altura máxima conservada de 1'70 m, construida con encofrados de mortero de cal y guijarros, enlucida en el exterior con un fin mortero de cal. En su origen tendría al menos dos alturas con una terraza plana para divisar el valle y buena parte de la bahía, y servía de refugio a los habitantes de la aldea. En el lado oeste de la torre se apoyó una vivienda de la que sólo quedan dos muros, con el umbral de acceso y un horno de pan adosado a la pared exterior. Esta construcción ejemplifica los pocos restos conservados de los edificios que formarían parte de una alquería estructurada alrededor de una torre. Sabemos por los restos arqueológicos hallados, que se habitó a finales del siglo XI y continuaría hasta un poco más de la conquista cristiana. |
El valle de Xàbia en época andalusí se caracteriza por un poblamiento de pequeños asentamientos (conocemos más de veinte) que formarían parte de las diversas alquerías en las que se organizaba este territorio. La mayoría se sitúan a los pies del monte, cerca de las tierras de labranza. Sin embargo hay algunos situados en zonas más abruptas de montaña, como la Plana Justa y el Montgó, con una explotación que estaría orientada a la ganadería. También hay asentamientos litorales, dedicados a la pesca y el comercio, como los documentados en la isla del Portitxol o la punta de la Fontana.
Uno de los elementos definitorios de estos establecimientos andalusíes en nuestro termino es, además del hallazgo de cerámicas en superficie, los silos o “pouets de moro”, como se conocen popularmente. Se trata de estructuras excavadas en las margas blancas del subsuelo con una boca circular de 0,50 metros y un cuerpo de perfil acampanado o globular de 1,50 a 2 metros de profundidad. La función de estos depósitos era almacenar la cosecha de cereales, preservándolos la de la humedad, los roedores y los insectos. Este alimento servía de abastecimiento a la comunidad, pero también para venderlo y conseguir moneda para pagar los tributos. De todo el territorio que ahora ocupa el término de Xàbia no se conoce ninguna cita documental que hable de su organización política y social en época andalusí. Se supone que el término castral del que dependían las alquerías era el del castillo de Dénia. La lejanía de este hizo que los puestos de población más importantes levantaran una torre para vigilar y refugiarse en caso de peligro. |