Tras la conquista jaumina, la inestabilidad provocada por las revueltas de Al Azraq, obligaron a reforzar el castillo, dotándolo de una guarnición relativamente importante formada por quince hombres.
A partir de finales del siglo XIII el castillo perdió su función miliitar y son escasas las referecias documentales. En el siglo XVI fue construida en su recinto una de les torres de vigilancia de la costa del Reino de València. El amplio término castral de época andalusí mantuvo sus límites en época feudal conformando la baronía de Calp; en 1386 se produjo la partición de aquel viejo territorio que originó los nuevos términos de Benissa, Teulada y Calp. |
Al sureste de la Marina Alta se situaba el hisn de Calb, un amplio territorio que comprendía los actuales términos de Calp, Benissa, Teulada y Senija. En el Llibre del Repartiment, se mencionan diez alquerías: Portu de Calp, Benayça, Canahor, Lenes, Lleus, Merre, Moraira, Paratella, Senija y Teulada. Los nombres de muchas de estas alquerías se han mantenido en las actuales partidas rurales, y en algún caso, como Canor, se conserva incluso una torre cuadrangular de posible origen andalusí.
La fortaleza principal de este hisn se situaba a poniente de la ciudad de Calp, casi en el límite con el término de Altea, sobre un espolón calcáreo de 253 metros de altura máxima que controlaba el paso del Mascarat, el único acceso hacia las tierras del sur sin tener que superar las abruptas sierras del interior de la comarca. El acceso a la fortaleza, de la que apenas quedan restos, se realizaba por el lado de levante; desde aquí se llegaba a una plataforma más o menos plana donde se conserva el muro rectilíneo de una torre cuadrangular, en total el castillo ocuparia una superficie de 750/700 m². La torre esta hecha de obra de tapia de mortero de cal y guijarros, de unos 4,5 metros de altura y 4,8 metros de longitud. Pocos metros en dirección oeste se sitúa un posible aljibe que aprovecha un agujero natural de la roca caliza. |
El acceso a la fortificación se realiza desde el oeste por una empinada senda que en los últimos tramos, ya sobre la cresta, presenta alguna adaptación sobre la roca para facilitar el acceso, siempre dificultoso. El castillo se asienta sobre un espacio alargado, separado a poniente por un hoyo en la roca de origen probablemente natural, pero que sería ensanchado intencionadamente para mejorar la defensa del castillo, lo que dificultaba el acceso a la fortificación. En el extremo opuesto, la propia orografía marca un fuerte declive que configura un collado, el cual separa el castillo de la crestería que continúa hacia levante.Son bastante abundantes las referencias documentales de época feudal en las que encontramos el castillo de Bèrdia. A través de estas citas, lo que siempre ha permanecido bien claro, es el interés estratégico y de control que Bèrnia tuvo a partir de la conquista jaumina y hasta mediados del siglo XIV, momento en el que parece que la fortificación fue destruida por la Corona.
Para la época andalusí sólo disponemos de testimonios arqueológicos. Así, tanto alrededor del castillo, como sobre la vertiente de poniente, al pie de la fortaleza, son abudantes los materiales cerámicos de cronología andalusí que nos permiten datar la ocupación entre los siglos XI y las primeras décadas del siglo XIII. |